6/01/2013

Mi novela a punto de nacer

Aquí les dejo una reseña de mi novela que hizo Bea Sylva. Demás está decir que estoy muy feliz y agradecida tanto con ella como con Grace Lloper que han sido mi gran apoyo en esta aventura. Muchas gracias a las dos.



Esto es para Marisa Citeroni y luego para quien quiera leerlo.
Por circunstancias de la vida tal vez –estoy pensando- esta sea mi última reseña. Como cada vez que escribo una lo hago con el simple objetivo de mostrar el amor que la lectura me ha deparado, la lectura y la autora.
Hay dos tipos de reseñas, no. Me rectifico: hay tres. Una es la de las amigas que te aman, las que apenas ven tus defectos, y que si los ven los obvian porque el cariño es más grande que ellos; la segunda es la de las contras, esas que no hacen una crítica constructiva sino des-tructiva, las que quieren demostrar que son más que vos, y que su talento inconmensurable se traduce en una reseña que no te aporta nada más que la envidia que destila, o el odio, o peor aún, la indiferencia; y la tercera es la mejor, la única que debería existir: la crítica objetiva teñida de respeto en donde quieres compartir las fortalezas y debilidades de una obra que has leído detenidamente de cabo a rabo.
Conozco el arduo trabajo que implica investigar, diseñar, y escribir. Tan arduo como invisible para los demás. Acabo de completar la lectura de una obra nueva de una autora nueva entonces, mi punto de partida debe considerar este importante aspecto: la primera obra de una escritora en ciernes. Y este hecho trascendente debe ser tenido en cuenta. ¿Debo usar mi mirada crítica, de lectora no ingenua en alguien que se está iniciando, con la misma mirada evaluativa de una escritora consagrada y fogueada?
Creo que no. Puedo equivocarme, de hecho puedo equivocarme en todo lo que diga, pero esta es una apreciación personal que no espera ser compartida.
La obra y la autora: “Oliver… ¿Olivia?” y su nombre, Marisa Citeroni. 
Marisa comienza su carrera de escritora como muchas que conozco, de lectora voraz a plantearse el desafío: ¿Yo podré? Y entonces da su primer paso, y cuando concluye busca que alguien lea su relato y le confirme si lo hace bien o mal, si hay potencial en ella o debe seguir haciendo lo que la vida real le impone. Busca desesperadamente lectores que le ayuden a respetar y considerar su propio trabajo, con virtudes y defectos. Las escritoras parecemos ávidas de halago pero en realidad estamos hambrientas de críticas que nos ayuden a mejorar. Por eso una reseña es tan importante para ellas. 
Marisa se inicia en un género de feroz competencia, con autoras tan conocidas que no hace falta presentarlas, el romance victoriano o de regencia, depende de la fecha en que se situé, según leí de una experta. Este tipo de romance con castillos, condes, duques, hasta príncipes y princesas, se unen a recatadas u osadas doncellas que siempre necesitarán un hombro fuerte y firme donde apoyarse, dónde hay amores ocultos, matrimonios por interés, famosos libertinos que al final se convierten en dulces cachorritos fieles y modelo de marido y padres. Un género por demás conocido es un arma de doble filo, ¿cómo superar o mejorar lo ya escrito por muchas…? Y la verdad, es que es imposible. Solo hay que ser fiel a tu esencia como creadora, a la manera en que imaginas a tus criaturas, como enfrentan el amor, el dolor, el miedo, la ambición,. Hace cientos de años Pico della Mirandola, un filósofo y escritor renacentista, dijo (usaré mis palabras no recuerdo la cita textual) que en literatura ya nada es original, y que todos cuentan la misma historia: todas las historias de amor ya han sido contadas, todas las de odio, de celos, de envidia… en una palabra la originalidad está en los sentimientos que se muestran.
La historia de Oliver… ¿Olivia? No es original en su trama. Una joven que debe salir a defender su familia y sus tierras en una sociedad donde solo el hombre puede hacerlo. De ahí el juego de no soy Olivia, sino Oliver. En esta historia Olivia debe prepararse para encontrar al hombre al que fue prometida al nacer, para que él sea quien tome las riendas que ella no puede por el solo hecho de ser mujer y en el camino descubre que se vuelve más y más fuerte y que en realidad no necesita a un hombre para lograr lo que quiere. Ella sola se basta y se puede. Buena moraleja ¿no les parece? El contrapunto romántico, estará en su ausente prometido que de pronto decide que ella es lo que lo único que él quiere.
Creo que las escenas de cama que ha realizado, muy cuidadas y acordes al género por cierto son su mejor parte, en verdad me gustaron mucho, pero su mayor debilidad está en la construcción de este personaje femenino, que danza entre la chica desvalida y la heroína de acción. Creo que el hecho de que no siempre me dice lo que piensa me llevó por ahí a imaginar una chica demasiado perfecta, para ser real. Pero esta debilidad no empalidece el hecho de que Marisa Citerone ha completado su primera novela con la ingenuidad y las inseguridades que toda primeriza tiene. 
La pregunta que podríamos hacer es la siguiente: ¿Debo leerla? La respuesta es una sola: CLARO QUE SÍ. Hay madera en ella, mucha y de la buena, hay imaginación y ganas de contar historias que nos hagan felices, ¿acaso no es ese el objetivo de toda novelista romántica? Lee su novela y ayuda a Marisa a perfeccionar su arte. Que su primera novela sea leída con respeto y cariño, que tus comentarios le sirvan para crecer y madurar un estilo que en una primera novela solo se sugiere. Marisa necesita encontrar su propia voz, y creo que en este primer intento ha sabido decir con voz muy alta: ¡Aquí estoy, ténganme en cuenta!
Mucha suerte en tu futuro, Marisa Citeroni.

1 comentario:

  1. Acabo de descubrir tu blog. ¡Muchas suerte con tu novela!
    Te sigo, vale? Besos!

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